1. No puedes disfrutar una cena agradable sin que alguien tome una foto de su platillo. Las cenas a la luz de las velas solían ser una experiencia íntima, ahora, son algo al estilo de esto: “Feliz aniversario, querido. Ordené langosta y filet mignon, pero antes quiero darte un discurso de cuánto significa tu amor para mí. ¿Oh estás publicando en Instagram los aperitivos? Ok. Espera, tengo algo importante que preguntarte… Oh estás actualizando tu Instagram para ver cuántos likes obtuvo tu imagen. Bien, creo que deberíamos salir con otras personas”.
2. Puedes arruinar tu reputación en el trabajo. Uno llamó para decir que estaba enfermo el viernes porque quería salir temprano para un escape de fin de semana. Mucha gente lo hace alguna vez. Pero tu amigo puso etiquetas en su status que dicen: “Yendo a Las Vegas con mis amigas esta mañana.”, y un colega del trabajo lo ve y te delata. O peor, eres amigo de tu jefe y él lo ve por su cuenta. Ahora sabe que no estás enfermo. Y puedes ser despedido.
3. Sientes que tienes que documentar todas tus vacaciones. Si no publicas fotos del atardecer en las Bahamas, ¿fuiste realmente? Si deseas que la gente envidie tus vacaciones mediante las redes sociales, tu deseo de desconectarte puede ser una utopía y debes repensar tus prioridades.
4. El acoso de Facebook ha reemplazado la parte de salir e ir conociendo a alguien. ¿Citas as ciegas? No tan ciegas ahora. Y las primeras citas son ahora como las terceras porque sabemos que las personas se persiguen en Facebook para enterarse de sus vidas antes de comprometerse a salir a cenar con esa persona. El misterio de conocer a alguien se desvaneció. A veces eso es bueno, pero es triste que ya sea un hábito obsoleto.
5. El tiempo de soledad realmente no es tiempo de soledad. La idea de que estamos muy aburridos sin nuestros teléfonos durante cinco minutos, incluso cuando estamos en el baño es un poco perturbadora. ¿Qué pasó con los libros y las revistas al usar el excusado? Además, tomen en cuenta el porcentaje de teléfonos móviles que caen en la poceta. Son cifras casi científicas. Bueno, no tanto, pero probablemente es cierto.
6. La presión de hacer las cosas “oficiales” en Facebook. Tristemente hay mucha gente que no cuenta su relación como verdadera hasta que tengan una verificación de Facebook. ¿Comprometido, casado, en pareja? No importa si lo estás hasta que Facebook lo muestre en tu información de perfil. Y si tu amado no quiere publicarlo en Facebook, probablemente te estás cuestionando la relación, y te pones paranoico antes de que comience el noviazgo como tal.
7. Si terminas una relación amorosa o un problema de vida, todo el mundo lo sabe. Tu drama es público, y tiene iconos tristes que agregar para demostrar tu depresión o tristeza.
8. El tiempo de calidad no es el mismo desde que todo el mundo tiene un teléfono móvil. ¿Poniéndote al día con amigos o familiares? Deja tu teléfono a un lado y mira a las personas a los ojos. Ten una conversación No te preocupes por lo que te estás perdiendo en Twitter. Todavía estará allí cuando termines de socializar con verdaderos seres humanos.
9. La mayoría de las interacciones ahora son vía texto, así que ahora llamar a alguien es extraño. ¿Cómo es que era tener una conversación telefónica?
Fuente: http://la.eonline.com/
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