viernes, 12 de mayo de 2017

El Laboratorio del Desierto: un orgullo del Instituto de Ecología para México

El Laboratorio del Desierto, que se encuentra en el centro de la Reserva de la Biosfera de Mapimí, ubicada en el vértice que forman los estados de Chihuahua, Coahuila y Durango fue construido por el doctor Héctor Mayagoitia Domínguez, gobernador del Estado de Durango y donado al Instituto de Ecología, A.C. (Inecol), cuyo fundador y director era el doctor Gonzalo Halffter.
El laboratorio fue inaugurado por el entonces presidente de la República José López Portillo, el 5 de junio de 1978, y desde entonces ha sido un sitio dedicado a conocer la ecología de las zonas áridas y protagonista de innumerables estudios realizados tanto por investigadores y estudiantes nacionales como extranjeros.
El Inecol que desde 1989 tiene su sede en la ciudad de Xalapa, Veracruz, realizó los estudios para la creación de las primeras Reservas de la Biosfera en México y Latinoamérica en el Estado de Durango: Mapimí (en el desierto chihuahuense) y Michilía (representativa del bosque templado seco de la Sierra Madre Occidental), apoyado por investigadores internacionales de alto nivel que formaron muchos jóvenes investigadores, siendo pionero en este concepto de conservación de los ecosistemas, donde se incluye al hombre y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, este concepto promovido por el doctor Gonzalo Halffter, investigador emérito del Inecol, fue reconocido a nivel internacional como “la Modalidad Mexicana”.El Laboratorio del Desierto es una estación de campo que podemos considerar de excelencia, en medio del desierto chihuahuense, que permite llevar a cabo trabajos ecológicos de investigación a largo plazo (Long Term Ecological Research) en esta zona árida, como el de la gran tortuga del Bolsón de Mapimí (Gopherus flavomarginatus), especie endémica en peligro de extinción, por la cual fue creada esta Reserva y que desde un inicio se ha venido estudiando; otro acerca de las comunidades de plantas y animales para conocer el efecto del cambio climático sobre estas comunidades, que acaba de cumplir 20 años de monitoreo ininterrumpido, y los estudios acerca de la ecología y comportamiento del venado bura (Odocoileus hemionus) que desde 1996 se está realizando, entre otras investigaciones.



Además, es un ejemplo desde el punto de vista del uso de energías alternativas. Esta estación de campo utiliza paneles solares para generar la energía, que además de proporcionar la luz al laboratorio del desierto permite el uso de computadoras y otros aparatos, tiene calentadores de agua solares, así como refrigeradores solares y baños ahorradores. Tiene cupo para 30 personas y dos aulas de laboratorio, por lo cual ha sido utilizada para llevar a cabo cursos de campo, como por ejemplo el que se imparte desde el año 2000 acerca de las Técnicas para el Estudio de la Fauna Silvestre y su hábitat en zonas áridas que forma parte de los cursos que oferta el posgrado del Inecol. También otras instituciones como el IPN, la UNAM, la UAM, la Conanp han aprovechado y realizado tanto investigaciones como cursos y talleres en esas excelentes instalaciones.
Es un orgullo para la comunidad del Inecol poder contar con estas instalaciones en medio del desierto chihuahuense, pues es un lugar ideal y seguro para llevar a cabo trabajos ecológicos muy diversos, para conocer y entender el funcionamiento de nuestras zonas áridas, que además, como complemento para las investigaciones cuenta con dos estaciones meteorológicas automatizadas y una estación meteorológica tradicional que provee con datos climatológicos desde su inicio, lo que permite relacionar los cambios ambientales con sus efectos en las comunidades de plantas y animales del desierto chihuahuense.
Fuente: Diario Xalapa

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