
La enorme diferencia de daños materiales y de víctimas ocurridas en los dos países y que tristemente se repetiría en Nepal el 25 de abril, se explica en buena parte por ausencia de planificación y soluciones tecnológicas apropiadas para hacer frente a amenazas por desastres causados por terremotos, huracanes, inundaciones y otros riesgos en zonas de alta vulnerabilidad. Es cierto que Haití y Nepal son dos de los países más pobres del planeta con escasa o nula inversión en innovación y tecnología.
En un mundo cada vez más conectado, donde la tecnología, el internet de las cosas y la capacidad de procesar enormes cantidades de datos, está revolucionando nuestra vida a una velocidad de vértigo. En el ámbito del medio ambiente es donde “se deben estrechar las formas de colaboración –entre instituciones y empresas– para mejorar estas innovaciones y aplicaciones tecnológicas”, señala Ángeles Delgado, directora general de Fujitsu en España y añade que “para la transformación digital que estamos viviendo es necesario tener una actitud de exploración y cocreación”.

El sistema predice inclemencias pero también alerta a Protección Civil y “la solución se implementa a la carta, ya que cada río tiene sus características en cuanto a cauce, suelos”. Unos datos que resultan muy útiles también en la planificación para construir infraestructuras, carreteras o viviendas.
Otra de las innovaciones es la aplicación Greenage, para una gestión medioambiental de próxima generación, donde “a partir de un análisis de datos procedentes de sensores, recogida de información y generación de informes, se logra una gestión eficiente de una ciudad”, comenta Baena.
Esta solución permite visualizar los datos en 3D para ofrecer una visión unificada en tiempo real y también “monitorizar la calidad del aire, detectar contaminantes o simular patrones de comportamiento”. Una información que “permite hacer predicciones a futuro según el valor estadístico de los datos almacenados”, concluye. Ambas herramientas están ya en marcha en varias ciudades árabes: Jedaah, Riad , Dumat y Doma.
Fuente: Cinco Días