Cuando hace cinco años un terremoto devastaba Haití en enero de 2010 dejando más de 300.000 muertos, expertos en catástrofes, científicos, medios e instituciones atribuían gran parte de la magnitud del desastre a la falta de prevención y planes de contingencia donde las innovaciones tecnológicas juegan un papel esencial. Un mes después otro seísmo, de mayor magnitud incluso, sacudió a Chile dejando medio millar de muertos.
La enorme diferencia de daños materiales y de víctimas ocurridas en los dos países y que tristemente se repetiría en Nepal el 25 de abril, se explica en buena parte por ausencia de planificación y soluciones tecnológicas apropiadas para hacer frente a amenazas por desastres causados por terremotos, huracanes, inundaciones y otros riesgos en zonas de alta vulnerabilidad. Es cierto que Haití y Nepal son dos de los países más pobres del planeta con escasa o nula inversión en innovación y tecnología.
En un mundo cada vez más conectado, donde la tecnología, el internet de las cosas y la capacidad de procesar enormes cantidades de datos, está revolucionando nuestra vida a una velocidad de vértigo. En el ámbito del medio ambiente es donde “se deben estrechar las formas de colaboración –entre instituciones y empresas– para mejorar estas innovaciones y aplicaciones tecnológicas”, señala Ángeles Delgado, directora general de Fujitsu en España y añade que “para la transformación digital que estamos viviendo es necesario tener una actitud de exploración y cocreación”.
Esta herramienta posibilita, “monitorizar la cuenca de un río y con los datos históricos del comportamiento del cauce a lo largo del año, prevenir inundaciones”, explica Luis Miguel Baena coordinador de proyectos de smart cities.La compañía japonesa acaba de presentar en Madrid, durante el Fujitsu World Tour varias innovaciones relacionadas con la previsión de desastres naturales y el medioambiente. En relación con la primera Fujitsu, tiene una sofisticada solución para prevenir inundaciones a través de una tecnología matemática de optimización. Permite la estimación del nivel de riesgo, proporciona datos de observación y también puede simular un desastre y mitigar sus consecuencias.
El sistema predice inclemencias pero también alerta a Protección Civil y “la solución se implementa a la carta, ya que cada río tiene sus características en cuanto a cauce, suelos”. Unos datos que resultan muy útiles también en la planificación para construir infraestructuras, carreteras o viviendas.
Otra de las innovaciones es la aplicación Greenage, para una gestión medioambiental de próxima generación, donde “a partir de un análisis de datos procedentes de sensores, recogida de información y generación de informes, se logra una gestión eficiente de una ciudad”, comenta Baena.
Esta solución permite visualizar los datos en 3D para ofrecer una visión unificada en tiempo real y también “monitorizar la calidad del aire, detectar contaminantes o simular patrones de comportamiento”. Una información que “permite hacer predicciones a futuro según el valor estadístico de los datos almacenados”, concluye. Ambas herramientas están ya en marcha en varias ciudades árabes: Jedaah, Riad , Dumat y Doma.
Fuente: Cinco Días
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