Investigadores de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) Chetumal buscan en rios, lagunas y la bahía, especies invasoras, como el pez diablo, con un nuevo método denominado, Genómica Ambiental.
Juan Jacobo Schmitter Soto, investigador titular del Instituto, explicó que la técnica consiste en tomar muestras de agua que permiten detectar el ADN de las especies que viven ahí, aunque no se vean los organismos directamente.
Mencionó que trabaja directamente con la doctora Martha Elena Valdez Moreno, y la buena noticia es que ya se realizó un primer muestreo en la Laguna de Xul-Ha y afortunadamente no se encontraron señales genéticas del pez diablo.
“En el río Hondo debe de ser muy común la presencia de este pez, sobre todo en la comunidad de La Unión, donde su presencia ha sido cada vez más frecuente desde 2013 a la fecha”.
Explicó que la interconexión del sistema lagunar cuyo mayor cuerpo de agua es la Laguna de Bacalar, obligan a la búsqueda de nuevas estrategias para localizar a estos ejemplares.
“La salinidad de la Bahía de Chetumal podría frenar el ingreso del pez diablo, pero no podemos descartar los muestreos, en el caso Bacalar, aunque el tipo de agua es muy dura, no es una barrera infranqueable y debemos estar pendientes, porque ahí los impactos serían mayores. No es lo mismo tirarse a ver peces de colores, estromatolitos o los siete colores, que ver un mantel de peces diablo”, indicó.
Precisó que los plecos o “limpia-peceras”, son considerados una amenaza para la biodiversidad y para la pesquería de cualquier sistema de agua porque son capaces de perforar el sedimento marino, desplazar de los lugares de anidación a especies endémicas.
“El Consejo de Cuenca del río Hondo ha determinado desaparecer la Red de vigilancia del Pez Diablo, y crear una Red de Control de esta especie porque ya está aquí el animal y es necesario extraerlo, para controlar su población. Sí encontramos algún uso útil que favorezca la extracción hay que aprovechar, pero sino, debemos sacarlo por sacarlo”.
Schmitter Soto señaló que desde 2012, cuando se detectó el Pez Diablo en el río Bravo se creó la Red de Vigilancia en el Consejo de Cuenca del río Hondo.
“En 2013 detectamos que estaba acercándose porque lo encontramos cerca del Blue Creek en Belice y a mediados de ese mismo año ya lo teníamos en la comunidad de La Unión, actualmente sabemos que hay una mayor presencia de esos ejemplares y por eso reforzamos las estrategias”, expuso.
Agregó que el riesgo adicional para el estado es la remoción del sedimento de la ribera, lo que podría traer otras complicaciones, porque sabemos que existen plaguicidas y materias orgánicas al fondo, que pueden volver a suspenderse.
El también especialista en peces, explicó que la morfología, fisiología y comportamiento, los convierten en invasores perfectos, como una reproducción precoz porque solo viven 15 años y con una alta tasa reproductiva de 500 a tres mil huevecillos por hembra, un comportamiento de anidación que junto con sus hábitos nocturnos los hacen imperceptibles.
Fuente: Sipse
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