Este año, finalmente, será abierta al público la zona arqueológica de Xcabal al sur de Quintana Roo, la más importante para la cultura maya en ese estado, incluso de mayor tamaño que Chichén Itzá, en Yucatán, y que detonará inversiones públicas y privadas por 2,600 millones de pesos.
Con Cancún como el principal destino de sol y playa en México, Quintana Roo tiene suficiente para vivir prácticamente en exclusiva del turismo. No obstante, concentrar la actividad turística en la zona norte del estado ha provocado desigualdad económica en el estado. Los primeros pasos para cambiar esta situación buscan el desarrollo del sur, con esta zona arqueológica.
El modelo turístico del estado comenzó a funcionar con la esperanza de que el desarrollo de la zona norte del estado, con Cancún como foco, eventualmente “mojara” a la zona sur del estado, hacia Chetumal, igual que ocurre con una parte de Yucatán, explicó Marisol Venegas, titular de la Secretaría de Turismo de Quintana Roo.
Pero eso no sucedió, en parte porque el estado no tenía un atractivo turístico suficientemente fuerte para atraer visitantes al sur, como sí lo tiene Yucatán con Chichén Itzá.
El descubrimiento de la ciudad maya más importante del preclásico maya cambió dicha perspectiva.
“Estamos desarrollando una zona arqueológica nueva, Xcabal, cuyas estructuras piramidales tienen mayores alturas y bases que las de Chichén Itzá”, comentó Venegas. La zona arqueológica fue descubierta hace 17 años y es una de las más importantes de la época maya. El INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) había trabajado en ella, pero el proyecto se abandonó por temas presupuestales.
Ahora, explicó Venegas, el gobierno estatal inyectó recursos provenientes del presupuesto de turismo para que el INAH mantenga los trabajos. Esto ayudó a continuar las labores, de las cuales el gobierno ha recibido la primera etapa, esperando hacer el lanzamiento y abrir la zona al público en junio.
La zona detonará inversiones públicas por 600 millones de pesos, y se espera que hacia una segunda y tercera etapas se ejecuten inversiones por hasta 2,000 millones de pesos de parte de empresas privadas, en el desarrollo de restaurantes, servicios turísticos e infraestructura hotelera.
Esto ayudará a detonar el aeropuerto de Chetumal, así como nuevas inversiones en restaurantes y servicios, pero también en hoteles, pese a que inicialmente se fomentarán excursiones de un día, en un área que prevé recibir a 800,000 visitantes en un año.
“Para la segunda fase, hacia 2018, pensamos que con los 3,500 cuartos hoteleros que hay entre Bacalar, Mahahual y Chetumal van a atender a turistas, y eventualmente tener inversión hotelera”, comentó la funcionaria.
El año pasado fue el mejor año para el turismo en Quintana Roo, al recibir a casi 16 millones de visitantes, de los que sólo 11 millones pasaron la noche en alguna de las más de 100,000 habitaciones hoteleras que tiene el estado. Los restantes 5 millones llegaron vía cruceros.
Para Marisol Venegas, esto no es motivo de festejo en el estado, sino un estímulo para afrontar los retos que presenta la actividad turística, que contribuye al 56% del PIB estatal. “Esto no significa que las desigualdades e inconsistencias del modelo turístico del estado se hayan resuelto, sino que estamos en un buen momento para tomar decisiones respecto al modelo de desarrollo que queremos en el estado”, destacó.
Quintana Roo, agregó, buscará elevar el gasto promedio, el tiempo de estancia y la frecuencia de visita al estado, para lo cual se requiere elevar la calidad de los servicios turísticos, incrementar la infraestructura hotelera y crear nuevas zonas turísticas además de Cancún y Riviera Maya.
Fuente: Expansión
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