A las 10:15 horas, montado en un globo meteorológico blanco, Fénix I despegó del campo de futbol de la Universidad del Valle de México, ante la expectativa de alumnos y maestros.
De acuerdo con la información meteorológica proporcionada por el aeropuerto Plan de Guadalupe, las ráfagas interiores viajaban de sur a norte y pronosticaron la caída del globo en Santa Catarina, Nuevo León.
Desde que fue elevado, el monitoreo de datos comenzó a registrarse en el software creado por el equipo académico y que almacena la información que será interpretada, para hacerla llegar a la UNAM, la Agencia Espacial Mexicana y posteriormente a la NASA.
“Además de recopilar datos sobre el clima, calentamiento global y contaminación, también vamos a estar monitoreando temperatura, posicionamiento global y, los datos que obtengamos, se los vamos a proporcionar a todos los centros educativos o instituciones que así lo requieran”, sostuvo el profesor Arturo Guzmán, quien encabeza al grupo.
El satélite tardó alrededor de media hora para alcanzar los 30 kilómetros de altura mientras que el globo se expandió en el aire alcanzando un diámetro de cuatro metros, que después explotó.
Según informó Arturo Guzmán, el dispositivo, el primero lanzado en Coahuila, duró suspendido alrededor de dos minutos y después comenzó el descenso.
Con el despegue de Fénix I, que tuvo un costo de poco más de 12 mil pesos, la UVM se sumó a la Universidad de Tijuana, que hace un par de años reportó el lanzamiento de su primer satélite.
Fuente: Zocalo Saltillo
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