semana el cineasta mexicano, Alfonso Cuarón, publicó en el sitio sitio web diezpreguntas.com una serie de interrogantes dirigidas al Presidente Enrique Peña Nieto sobre la reforma energética aprobada en 2013. Las interrogantes van desde cuándo bajará el gas y la gasolina hasta cómo garantizar que la reforma aumentará la productividad de Pemex. Las respuestas no tardaron en llegar; sin embargo, el director no ha quedado satisfecho y este lunes lanzó una última interrogante: ¿Por qué no debatir?
En el texto en el cual lanza la invitación al jefe del
Ejecutivo, el ganador de un Oscar como mejor director por la cinta “Gravedad”, le agradece al Mandatario mexicano su pronta contestación a las 10 preguntas que formuló anteriormente; sin embargo, destaca que “sus respuestas no pueden ni deben agotar la discusión, por el contrario, abren la oportunidad que se realice un debate plural y abierto sobre las reformas, el debate que merecemos todos los ciudadanos”, puntualiza.
En pocas palabras, el también guionista invita a Peña Nieto a celebrar “al menos tres debates en televisión abierta, en horario “prime” y con cobertura amplia, sobre la reforma energética y petrolera en los que se incluyan puntos de vista a favor y en contra, en los que participen expertos en diversos temas”, señaló.
Cabe mencionar que este tipo de acción emprendida por el director de “Grandes Esperanzas” no es nueva entre los famosos; desde 1991 actores, cantantes, productores y directores de cine norteamericanos crearon una asociación que denominaron Coalición Creativa, con sede en Nueva York, con la que intentan promover una serie de causas de orden político y social.
Es decir, este gremio del entretenimiento ya no sólo presta su imagen para apoyar alguna iniciativa social, cultural o política de manera esporádica; sino que son ellos quienes las inician y buscan respuesta directa de su presidente.
Algunas de las estrellas de la farándula que forman parte de esta asociación son: Meryl Streep, Richard Dreyfus, Sting, Sinead O’Connor, Susan Sarandon y Don Henley.
“Los militantes de esta sociedad utilizan las mismas técnicas que los grupos de presión política; es decir, se filtran en los consejos de administración de las sociedades que quieren combatir o como en el caso de Alfonso Cuarón, pagan la publicación de desplegados para que aparezcan en medios impresos”, comenta la socióloga Estela Oronday.
Este activismo entre los famosos y en particular las preguntas de Cuarón a Peña Nieto, indica la socióloga, nos lleva a formularnos las interrogantes: ¿se terminará por convertir el debate en un show de circo cuando en realidad debería ser una reflexión seria sobre un problema complicado? ¿Será que Alfonso Cuarón sólo se suma a una “moda”? ¿El gobierno terminará poniendo atención a la petición de un ciudadano sólo porque es famoso, porque tiene un Oscar que ni siguiera consideró dedicarlo a México? Entonces, ¿en dónde quedan las demandas de los que no tienen los reflectores encima? ¿Cuál es el interés de Cuarón en un país al que no le debe y en el que no vive? La discusión, comenta, apenas comienza.
Aunado a lo anterior, la investigadora señala que la televisión ayuda a legitimar los mensajes de los famosos, y lo peor es que legitima al mensajero. Esa es una responsabilidad enorme.
“Desde mi punto de vista si el director buscaba respuestas, las hubiese buscado desde su especialidad, tal y como lo hace Michael Moore, quien localiza a los expertos y arma documentales para denunciar lo que desde su puno de vista no está funcionando, como es el sistema de salud de Estados Unidos”.
Más que una figura de escaparate
En contraparte a la opinión de la socióloga, existen puntos de vista como el del actor ya fallecido Christopher Reeve, quien formó parte del grupo Coalición Creativa y solía decir: “los famosos somos más que una figura que sirve para adornar un escaparate”.
Al respecto, el psicólogo social Carlos Chávez comenta que estas figuras “están en una posición única, tienen acceso a los políticos, que, de hecho, los necesitan para su propia credibilidad. Los medios de comunicación también los necesitan para vender historias. Son simplemente ciudadanos concienciados, pero los que los diferencia es que son más conocidos y quieren utilizar esa ventaja de forma inteligente y responsable”.
“Pese a la banalidad que rodea a los actores de Hollywood, en el fondo muchos de ellos son personas sumamente inteligentes que sí están preocupados por algo más que su figura y su cuenta bancaria; es decir, tal es el compromiso que profesan los famosos por los temas sociales que cuando uno de ellos pisa la cárcel no siempre es por sus escándalos de adicciones. Por ejemplo, recordemos la imagen de George Clooney esposado frente a la embajada de Sudán en Washington por protestar contra el genocidio en ese país”, indica Chávez.
Así mismo el psicólogo comenta que el activismo entre la gente de la farándula es más antigua que la propia formación de Coalición Creativa, pues en 1972 Jane Fonda realizó un viaje a Vietnam del Norte y sus fotografías o sus mensajes por la radio exigiendo a Estados Unidos el cese de los bombardeos en el país asiático le valieron el apelativo de Hanoi Jane.
Susan Sarandon es otro ejemplo famoso de activismo político. Ella misma ha aludido en numerosas ocasiones a sus detenciones por protestar contra la guerra de Vietnam. En 1999, la intérprete fue arrestada con otras 219 personas por manifestarse en contra del asesinato de Amadou Diallo, un inmigrante africano al que la policía disparó en su casa del Bronx. Dese el 2011, a la actriz se le vio apoyando al movimiento Occupy Wall Street, una concentración de protestas dirigidas contra el poder omnímodo de las empresas y las evasiones fiscales sistemáticas. Este movimiento está inspirado en las protestas en España de 2011 que surgieron con el Movimiento 15-M.
Asimismo, sí alguien sabe lo que es dormir en prisión por sus ideales políticos es Martin Sheen. El veterano actor es la estrella de Hollywood que más ocasiones (60) ha sido acusado de desobediencia civil. El protagonista de “Apocalypse now” fue a prisión por primera vez en 1986 por protestar contra la Guerra de las Galaxias de Ronald Reagan, una iniciativa que pretendía utilizar sistemas tierra-aire para lanzar misiles nucleares. La última se produjo en 2007, cuando fue arrestado por entrar en una central nuclear de Nevada.
Fuente: El Informador
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