Por ese motivo, desarrollaron tecnología de automatización de las variables climáticas cuyo costo asciende a cerca de 1.5 millones de pesos; es decir, 10% del precio máximo de adquisición de un invernadero importado.
Solís Sánchez manifestó que esa tecnología está integrada por una tarjeta madre, sistemas computacionales embebidos (destinados a funciones específicas), interfaz gráfica para la monitorización de variables tales como humedad, temperatura, velocidad del viento o radiación, así como elementos que permiten la conectividad inalámbrica del invernadero a dispositivos móviles, como teléfonos celulares.
El desarrollo de la UAZ también representa un ahorro económico en tanto que puede ser reparado en territorio nacional, y en cuanto a que la capacitación para su operación es incluida al momento de su adquisición, sin la dependencia de adiestramiento de especialistas extranjeros.
La implementación progresiva de invernaderos para diversas áreas de la agricultura y fruticultura nacional conllevaría múltiples beneficios para los productores nacionales y actualmente se ha transferido la tecnología a empresas interesadas en la comercialización.
Fuente: El Economista
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